sábado, 25 de julio de 2009

Scalped, de Jason Aaron y R.M.Guéra

scalped

Reconozco que leer al capullín de Garth Ennis en la introducción del primer tomo recopilatorio de Scalped alabando las excelencias de su guionista, el Jason Aaron, y poniendo de relieve su procendencia yanki en un mercado, el del cómic norteamericano, donde hubo un tiempo que fueron "brits" (o irlandeses) los guionistas "hot", me puso sobre aviso. Aquello no me pareció garantía alguna de lo que estaba a punto de leer fuera necesariamente a gustarme, y más teniendo en cuenta que había leído una historia en dos partes de Hellblazer guionizada por el mismo autor y que, a pesar de prometer mucho me dejó con un mal sabor de boca. Pero el tema me interesaba lo suficiente como para darle una oportunidad así que...


A Scalped uno puede sentirse tentado de definirla como una especie de Los Soprano con nativos americanos como protagonistas. No está muy lejos de la realidad, aunque con ello no le estaríamos haciendo ningún favor al cómic que tenemos entre manos. Porque Scalped ofrece mucho más que un simple culebrón de mafiosos. Y ni por asomo tiene el tono jocoso de la serie televisiva. Scalped estaría a medio caballo entre el noir (fijaos si no en los guiños que hace en los nombres de los personajes) y el thriller, aunque en su planteamiento tienen cabida elementos de crítica social sumamente atractivos en cuanto desconocidos para una parte importante del público.



El pasado tiene buena parte de responsabilidad en lo que le sucede al protagonista indiscutible de la serie, Dashiell Bad Horse, un tipo duro que regresa quince años después a la reserva india que le vio nacer para acabar consiguiendo un trabajo dentro del cuerpo de policía tribal, a sueldo de Red Crow, jefe de la tribu Oglala y poco escrupuloso "hombre de negocios" que está a punto de inaugurar un casino en la región. Allí Dashiell reencuentra a su madre, una activista pro-derechos nativos que estuvo implicada en el pasado en un tiroteo en el que murieron dos agentes del FBI y en el que también participó Red Crow, y con la que ha perdido toda relación.
A pesar de que la serie se centra en las turbias actuaciones de Red Crow en su empeño por conseguir una imagen pública de la reserva adecuada a sus intereses personales centrados en el casino, que a su vez enlaza con todo ese mundo de la mafia al que antes hacía alusión, Scalped ofrece mucho más que ésto.
Es la historia de un individuo enfrentado a una familia que representa las tradiciones de un pueblo del que nunca se sintió miembro. Es la lucha de un pueblo por salir del miserable estado en que se vio sumido después de trabar contacto con el hombre blanco. Son las pequeñas historias del día a día de la gente que vive en una reserva, insignificantes, miserables... y que conforman un cuadro tremendo para aquel no familiarizado con dicha situación.
Además Scalped es una historia de personajes. Aunque Dashiell acapara buena parte del protagonismo, la serie no sería la misma sin los complejos retratos psicológicos de varios otros personajes, como el propio Red Crow o el de la madre de Dashiell, Gina Bad Horse (la madre de Dashiell), Catcher (un extraño nativo perseguido por los fantasmas del alcohol y que guarda un vínculo especial con las tradiciones de sus ancestros), Diesel (que tuvo que luchar desde que era un niño contra los prejuicios de blancos y nativos dirigidos contra sus padres, una pareja interracial, y que se muestra sumamente orgulloso de una ficticia identidad nativa-americana), Fritz (un agente del FBI con más de un secreto)... En Scalped no hay buenos ni malos, sólo personajes definidos por una escala de grises.
La serie tiene un ritmo envidiable, múltiples incógnitas que poco a poco se van desvelando y sorprendentes giros argumentales que, junto a la variedad de temas que toca la hacen más que recomendable y la constituyen como uno de los mejores productos Vertigo que actualmente se publican.
En el lado negativo tan sólo una apreciación personal que tiene buena parte de expectativa defraudada, que no es sino el hecho de que de momento la serie está dejando de lado buena parte del potencial cultural nativo-americano.
Por lo que respecta al dibujo, prácticamente exclusivo de R.M.Guéra después de tres tomos recopilatorios yankis, le va como anillo al dedo al tono "sucio" de la serie, aunque quizás podría ser mejor en cuanto a la narrativa de las escenas de acción.

0 comentarios: