sábado, 25 de julio de 2009

Maiwai (completa)

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Hace un tiempo comenté por aquí los dos primeros volúmenes de Maiwai, una serie manga de Minetaro Mochizuki (Dragon Head, La mujer de la habitación oscura). Tras varios meses la colección ha finalizado en su tomo once.
Maiwai constituye un aparentemente sorprendente hito evolutivo para un autor que se hizo famoso con cómics enmarcables dentro del género de terror (el oneshot La mujer de la habitación oscura es un excelente ejemplo de ello, que podría encuadrarse dentro de la corriente que ha popularizado el cine japonés de los últimos tiempos) o en el horror psicológico (Dragon Head). Sin embargo obras como las mencionadas no nos deben llevar a engaño, ya que Mochizuki priorizó contenidos humorísticos y dramáticos en los comienzos de su carrera como mangaka, de forma que Maiwai debería ser percibida como una especie de vuelta a sus orígenes.
En aquella reseña ya os presenté la premisa argumental de la serie, centrada en torno a una estudiante de instituto llamada Funako Yamato que se embarca, siguiendo la estela trazada por su abuelo, un conocido pescador local, en una aventura marítima que la conducirá hasta un mítico tesoro pirata que alberga una recóndita isla que aparece en diversas leyendas pertenecientes a las gentes de mar, un viaje singular, trepidante e iniciático, aspecto éste último ligado a los cambios y lecciones que Funako experimenta y aprende a lo largo de un tránsito vital que le conduce desde la adolescencia a la madurez, y todo ello en el breve periodo de tiempo que suponen unas vacaciones de verano.

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Maiwai es aventura en estado puro y un alegato feroz en torno a la libertad que trasciende una envoltura de comedia ligera de y para adolescentes. Una voluntad, la del autor, que apuntando al hecho de que el individuo es capaz, en algunas ocasiones, de obrar en contra de un sistema establecido por el simple hecho de querer hacer realidad sus sueños (conducta que dicho sistema no duda en reprobar y sancionar), se configura como un mensaje sucinto en la historia que nos cuenta, y cuya inclusión en una obra , que por mucho que se la haya clasificado de seinen posee multitud de características que la relacionan más directamente con el shonen, no hace sino sorprenderme. En esta línea no es de extrañar el protagonismo concedido a la piratería y al pirata, figura que Mochizuki adapta al actual zeitgeist en una hábil maniobra detrás de la cual se adivina una concienzuda investigación por mucho que el resultado final guarde similitudes con productos superficiales con los que estamos harto familiarizados hoy en día.


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Con piratas como éste a uno se le ponen los pelos de punta



Pero Maiwai es un cúmulo de referencias culturales de primer orden donde se ven reflejados tanto los mal llamados grandes clásicos “juveniles” como “La isla del tesoro” o “Moby Dick”, como elementos cosustanciales a populares géneros (o subgéneros) de manga. A este respecto me gusta ver a Funako como un alter ego de la protagonista de “Cinturó negre” de Naoki Urasawa, cuya caracterización se vería complementada con una pizca de erotismo muy nipón que se da junto a un marcado tono humorístico.
Podría hablaros del excelente dibujo de Mochizuki. De cómo combina un estilo que a menudo evidencia su marcada naturaleza clásica que remite a los grandes padres del manga con un preciosismo descriptivo más acorde a lo que en principio podría atraer más al lector actual. O de su impecable narrativa.
Podría aludir a todas esas impresiones sensoriales que despertó en mí la contemplación de algunas de sus viñetas y de las que ya creo haber comentado algo en su momento
Pero todo ésto y probablemente mucho más queda eclipsado ante lo que para mí es un hecho indiscutible. Maiwai es un cómic de aventuras para todos los públicos. Y he de reconocer que bastante divertido. Un soplo de frescura para los tiempos que corren cuyo tono no puedo sino poner casi al mismo nivel que la producción de un (otro) gigante como es Hayao Miyazaki.

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